Ahí estaba yo contemplando a mi hijo, tratando de distraerlo mientras la doctora le ponía la anestesia, no es la primera vez, pero siempre se siente como la primera vez, aún después de 14 puntos que mi hijo le han tenido que poner por varios accidentes que ha tenido aún hoy que lo inyectaron escucharlo llorar de dolor es algo que me toma eternos segundos contener y no destrozar mi compostura y comportamiento.
Estoy segura todas las mamás quisiéramos ahorrarle esos episodios traumáticos a nuestros hijos, pero pensándolo más a futuro son las lecciones de la vida siempre con su mejor guerrero el dolor quien viene a enseñarnos que todo tiene una consecuencia ya sea buena o mala la hay y desde pequeños debemos saber y aprender a verlo para ser mejor mañana.
Así se lo traduje a mi hijo luego de abrazarlo y decirle que era un valiente, secar sus lágrimas y limpiar su carita. Tal vez eso me faltó, tal vez entender esa lección a mi me llegó hoy, es un mensaje que debo entender y aplicar a mi hoy y creo que lo merece, mi vida, mi hijo lo merece.
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